Manuel Alejandro Santos
La ansiedad, para mí, es un territorio conocido donde no solo he transitado, sino donde he acampado por varios meses. No se puede apagar con un botón rojo, ni tampoco existen píldoras que la liquiden. Pero al ser un asunto que debo corregir, he tenido que estudiarlo. Descubrí que Dios aun para la ansiedad tiene algo que decirnos. Las palabras de la Primera epístola de Pedro se han convertido en mi estandarte.
Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes. 1 Pedro 5:6–7
Aquí 3 pasos para combatir la ansiedad:
1. Atacarla de raíz
“Humíllense, pues”
¿Por qué el texto nos invita a humillarnos? La raíz de la ansiedad, aunque no lo parezca, es nuestro orgullo. Sí, porque nuestro orgullo nos lleva a querer ordenar todo y el no lograrlo nos causa ansiedad. Cuando la ansiedad aparezca, pregúntate si hay algo que estás queriendo controlar. Debemos atacar de raíz nuestra ansiedad reconociendo que no somos Dios para controlarlo todo. El estar ansioso es un reflejo de querer controlar todo. Cuando estés ansioso, pregunta qué verdad sobre Dios has olvidado, ¿que Él es tu proveedor, sanador, defensor etc.?. Humíllate, dejando todo en Sus manos. Con eso, atacarás de raíz tu orgullo y por consiguiente la ansiedad.
2. Reconoce tus límites
“Bajo la poderosa mano de Dios”
Lo opuesto a la ansiedad es la tranquilidad de reconocer tus limitaciones, eso nos traerá descanso. Hay circunstancias que suceden y sucederán, que no son de nuestra competencia y que no debemos cargar.
Reconocer nuestros límites es definir nuestro círculo de responsabilidad y entender que hay alguien más poderoso que tiene el control de todas las cosas. No habrá mejor cura contra la ansiedad que reconocer nuestros límites.
3. Descárgate
“Depositen en él toda ansiedad”
Descargarnos es cambiar las cargas de hombro. Muchas religiones y filosofías enseñan que Dios es un ser impersonal que está sentado en alguna nube y no quiere saber nada de Su creación. Para el cristianismo, Dios es personal, siempre buscando tener una relación con nosotros y que nos invita a descargar en Él nuestras ansiedades.
Jesús muchas veces invitó a Su audiencia a descansar y depositar sus cargas en Él. En la cruz clavó también nuestra ansiedad, murió para librarnos de la ira de Dios, pero también por nuestra ansiedad.
Conclusión
Puedes depositar tranquilamente todas tus ansiedades en Jesús, porque Él tiene cuidado de ti. Nadie mejor que el propio Creador para arreglar nuestras fallas. Cuando te humillas bajo la mano poderosa de Él y recuerdas que Él está en control de cada detalle de tu día, encontrarás que tienes innumerables razones para que tu corazón esté en paz.
MANUEL ALEJANDRO SANTOS es ingeniero de profesión y con una licenciatura en teología, egresado del seminario teológico de Miami (MINTS), se ha desempeñado como pastor de jóvenes desde hace 7 años. Se considera un comunicador de buenas noticias y un generador de contenidos que promuevan esperanza. Actualmente es el pastor de la Primera Iglesia Presbiteriana VIDA, en Durango, México.
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