Por: Mark Croston
Seguro que estos son unos días extraños. Las noticias falsas, los doctores en publicidad y las negaciones flagrantes de los hechos y las mentiras descaradas están cobrando su precio. La gente se está volviendo cada vez más escéptica. Empezamos a dudar de todo. De hecho, la Palabra del año del Oxford English Dictionary para 2016 fue “Post-Truth”, que significa “la cualidad de preferir conceptos o hechos que uno desea que sean verdaderos, en lugar de conceptos o hechos que se sabe que son verdaderos”. Esta duda que está infectando a nuestra sociedad también está afectando la forma en que las personas confían o dudan de las afirmaciones de la fe.
Un informe de CNN sobre la investigación de Pew sugiere que la duda de Dios está creciendo rápidamente entre los Millennials. El informe dice: “Mientras que la mayoría de los jóvenes estadounidenses, el 68 %, le dijeron a Pew que nunca dudan de la existencia de Dios, esa es una caída de 15 puntos en solo cinco años”.
Por todo esto doy gracias a Dios por el discípulo de Jesús, Tomás. En Juan 20:24-25 la Biblia dice: “Pero uno de los Doce, Tomás (llamado ‘Mellizo’), no estaba con ellos cuando Jesús vino. Entonces los otros discípulos le decían: “¡Hemos visto al Señor!” Pero él les dijo: “Si no veo la marca de los clavos en sus manos, mete mi dedo en la marca de los clavos, y pon mi mano en Su costado, ¡nunca creeré!’”
Una de las grandes anclas de la fe cristiana es la resurrección de Jesús de la tumba. Al igual que Tomás, no estábamos allí, por lo que luchamos con la duda. Permítanme decir que me alegra saber que la Biblia reconoce que a veces luchamos así. Dios es lo suficientemente fuerte para manejar nuestras dudas. Si esta es su lucha, aquí hay algunas cosas para recordar:
Sepa que usted no está solo. Tomás tampoco. Marcos 9:24 informa: “Inmediatamente el padre del niño gritó: ‘Creo; ayuda mi incredulidad!’” De hecho, Mateo 28:16-17 dice después de la resurrección de Jesús, “Los 11 discípulos viajaron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había indicado. Cuando lo vieron, adoraron, pero algunos dudaron”. ¿Se enteró que? ¡Algunos DUDARON!
Permita que Dios abra sus ojos de fe. Una semana después de que Jesús se apareció a sus discípulos, se apareció de nuevo. Esta vez Thomas estaba presente. Juan 24:27 dice: “Entonces dijo a Tomás: ‘Pon tu dedo aquí y mira mis manos. Extiende tu mano y ponla en mi costado. No seas incrédulo, sino cree’”. Dios puede ayudarte a ver cosas en Su Palabra y alrededor de tu vida que te ayudarán a ver que Él es real y a que tu fe crezca. Lee tu Biblia y verás disminuir tus dudas.
Combatimos la duda con fe. En Juan 24:29, Jesús dijo: “Porque me has visto, has creído. Bienaventurados los que no han visto y sin embargo creen.” Recuerde que en realidad se trata de fe. Él nos recuerda: “Ahora bien, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que el que se acerca a él debe creer que existe y que recompensa a los que lo buscan” (Hebreos 11:6). Incluso Santiago 1:6 dice: “Pero que pida con fe, sin dudar. Porque el que duda es como el mar embravecido, empujado y sacudido por el viento”. Todos los días encuentre una manera de caminar por fe y vea desaparecer sus dudas.
Hay una vieja canción que recuerdo haber cantado en la iglesia cuando era niño. El primer coro dijo: “No puedes hacerme dudar de Él”, el segundo coro nos dejó saber por qué, porque “¡Sé demasiado acerca de Él!”.
Mark Croston es editor general del plan de estudios YOU y director nacional de Black Church Ministries en Lifeway Christian Resources.
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