Estableciendo quién es Él
Otto Sánchez
La Biblia no es un libro para demostrar la existencia de Dios porque la da por sentado mediante la evidencia de todo lo que conocemos como Su creación. La Biblia nos presenta la obra creadora de Dios desde el mismo principio. En Génesis 1:1 nos dice: «En el principio creo Dios los cielos y la tierra».
A partir de lo que vemos que las Escrituras dicen del origen del universo, debemos concluir que dan por sentado que Dios es el Creador y por lo tanto su existencia no necesita ser demostrada. A tal punto lo afirma que hay varios textos que nos dicen que sería una necedad decir que Dios no existe (Sal. 10:4; 14:1; 53:1). El apóstol Pablo señala que el pecado (el cual traemos de nacimiento) hará que nuestro entendimiento de Dios sea nulo o distorsionado (Rom. 1:18) porque, a pesar de la evidencia de lo creado, el ser humano se resiste a reconocer Su obra.
Este mundo tiene déficit de atención con todo lo relativo a Dios, pero no debería de extrañarnos porque siempre ha sido así. En todas las épocas, el ser humano no le ha prestado atención a Dios (Rom. 3:10-18,23).
Lo que sí debe preocuparnos es que los cristianos nos distraigamos y perdamos de vista Su carácter y, por lo tanto, caigamos en una religiosidad vacía y sin ningún propósito. Dios es como es y existe en lo que llamamos la absoluta perfección de ser. Él no nos necesita, pero nosotros sí lo necesitamos a Él. Por lo tanto, no debemos dejar que esa distracción del mundo en cuanto a Dios nos contagie también a nosotros. No puedo dejar que los espejos y las golosinas de este mundo me distraigan de dos aspectos fundamentales de Dios: lo que Él es y lo que Él hace.
Debemos saber que hay una absoluta armonía y equilibrio entre lo que Dios es y lo que Él hace. Él no es contrario a lo que hace ni hace nada contrario a lo que es. Por ejemplo, si la Biblia dice que es amor (1 Jn. 4:8), Sus acciones no serán contrarias a Su amor.
Si es Todopoderoso, Sus acciones reflejarán Su poder. Es importante saberlo porque debemos creer todo lo que la Biblia dice acerca del carácter de Dios. Esto no lo recibimos por nuestra razón humana, sino por la fe (Rom. 10:17; Heb. 11:1), que también es un regalo de Dios (Ef. 2:8).
Vamos a entenderlo por lo que Él mismo revela de Su carácter en la Biblia. Como la Biblia es Su revelación, si ella dice que Dios es amor, nosotros lo creeremos, aunque lo veamos enviando un diluvio universal.
Algunas personas tienen problemas con el enunciado anterior porque tienden a malinterpretar a Dios por Sus acciones (que siempre son perfectas), sin entender las circunstancias por las que Dios obró de tal o cuál manera. Quieren entender a Dios más por su razón, prescindiendo de la fe.
Aunque reconozco que hay argumentos racionales excelentes y muy buenos para dar a conocer la realidad de Dios, debo afirmar que conocerlo es una obra espiritual que solo se da cuando una persona es alcanzada por nuestro Señor Jesucristo. Solo a partir de ese momento es que el ser humano podrá conocer a Dios por medio de la Palabra revelada. A Dios no se lo conoce por argumentos organizados y bien estructurados, sino por medio de Su Palabra y la dirección de su Espíritu Santo.
Un fragmento del libro Hacia la meta (B&H Español)
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