Por Martín Manchego
El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. (Mateo 23:11)
En la antigüedad, la medida del éxito de un rey era la cantidad de posesiones, tierra y siervos que tenía. Esto no ha dejado de ser así aun en el siglo XXI. Los hombres que poseen sirvientes son considerados en alta estima y respetados. Jeff Bezos, el dueño de Amazon y hombre más rico del mundo, tiene 1,3 millones de empleados bajo su dirección al rededor del mundo. Ante los estándares del mundo esto es algo impresionante. Pero para el Señor Jesucristo, ni los títulos, ni los terrenos, ni la cantidad de siervos era relevante.
Por el contrario, el Señor Jesucristo nos dice “El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo.” (Mateo 23:11) Los fariseos, según sus estándares religiosos amaban ser llamados “Rabí”, “Maestro”, “Padre” porque esto les inflaba el ego y alimentaba su hambre de poder y reputación. Ellos seguían los estándares de este mundo por lo cual amaban ser servidos. Pero el Señor hizo todo lo contrario, Él, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo (Filipenses 2:6-7)
El Señor dio su vida por nosotros y ahora nos llama a que seamos siervos. Siervos de Dios, de su pueblo, y de los menos favorecidos. Servimos a Dios conociéndole, obedeciéndole y compartiendo el mensaje del evangelio. (Salmos 46:10, Romanos 12:11) Servimos a su pueblo, la Iglesia, al no dejar de congregarnos, y animándonos unos a otros con su palabra. (Hebreos 10:25, Colosenses 3:16) y servimos a los menos favorecidos dándoles el abrigo y alimento que necesitan y levantado nuestra voz por ellos. (Mateo 25:35-36, Proverbios 31:8) No hay nada más vacío y solitario que una vida que se vive solo para el beneficio propio. Servir es el antídoto contra el egoísmo. El servicio es el deporte para el cual todos los cristianos hemos sido seleccionados.
Oración: Señor, que no sea yo embriagado en mi ego, sino que mi alegría esté en servirte, servir a tu pueblo y servir a los desfavorecidos.
Martín Manchego es pastor asociado y sirve en el ministerio de alabanza y enseñanza en español en la iglesia Metro Bible Church en Southlake, Texas. Es graduado de Teología y humanidades en Texas Baptist College. Además es compositor del album “Perfecto Salvador” y dirige un canal propio en YouTube en el cual comparte devocionales, entrevistas, canciones, poemas y reseñas de libros. Está casado con Denisse. Puedes encontrarlo en YouTube e Instagram.
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