Adoración en un mundo cambiante
Bob Kauflin
Durante años pensé en las tradiciones religiosas como un obstáculo para la espiritualidad bíblica. Yo asociaba las oraciones repetidas, la repetición de credos, la confesión de pecados, la lectura de la Escritura, los calendarios de la iglesia y el orden de los servicios con el legalismo y la esclavitud. Tenía la misión de comenzar desde cero en mi forma de pensar acerca de la adoración congregacional. Yo miraría solo a la Escritura en vez de depender de cualquier cosa que las personas hubieran hecho en los siglos anteriores. Pensé que estaba siendo original. En realidad, estaba siendo simplemente ignorante. Y orgulloso.
Cuando decidimos la forma de nuestra reunión dominical, no estamos comenzando desde un vacío histórico. La proyección, el sistema de iluminación y la amplificación de sonido no significan que todo lo que proviene de los siglos anteriores es irrelevante o de poca ayuda. Aunque la tecnología cambia muchas cosas, no cambia el evangelio que proclamamos o nuestra necesidad de humildad.
Hay también riqueza para nosotros en las formas litúrgicas del pasado. Los cristianos a través de las épocas han buscado articular lo que es más importante escuchar y decir cuando se reúnen. Una liturgia repetida que está basada en la Escritura puede ayudar a las personas a practicar y recordar la historia de la redención cada vez que la iglesia se reúne.
A través de la historia, las liturgias han ayudado a regular la dieta teológica de una congregación y protegerla de los vientos de doctrinas falsas que se propagan a través de cada generación. Las buenas liturgias pueden además guardar a una iglesia de conformarse a la cultura o de comprometer su fe. Tener un calendario le permite a la iglesia interpretar las notas correctas en la sinfonía de la redención cada año. Eso no significa que tenemos que incorporar todo de las distintas tradiciones litúrgicas. Pero tampoco deberíamos ignorarlas por completo.
Las mejores tradiciones en el mundo no tienen sentido si no comunican la verdad de Dios a las personas que vienen a nuestras reuniones. En cada época, la iglesia debe combatir la tendencia de crecer mecánicamente en su adoración, de la misma manera que las prácticas inspiradas por el Espíritu en generaciones anteriores se convirtieron en las prácticas olvidadas y muertas para la próxima generación. Eso significa que necesitamos preguntar si los cantos, las palabras, los arreglos, los elementos visuales, las expresiones y las tradiciones que estamos usando dicen las cosas que queremos que digan; y si las personas en realidad entienden lo que estamos diciendo.
Cada iglesia debe asegurarse de que la historia de la redención de Dios puede ser claramente entendida y experimentada por aquellos a quienes está buscando alcanzar con el evangelio.
Cuando se trata de formas de adoración, toda forma que facilite y estimule a un grupo particular a la adoración en espíritu y verdad, en un tiempo particular de la historia, dentro del contexto particular de una cultura, es agradable a Dios. Eso implica que no hay forma que pueda expresar plenamente la inmensidad de Dios. No se ha dado un tiempo, cultura o generación que pueda dar a Dios el honor que Él merece.
Esta comprensión mantiene primero lo primero. La cultura cambia, los estilos cambian, las tradiciones cambian, los tiempos cambian. Dios permanece siempre igual. Por medio del liderazgo sabio y del ejemplo fiel, formemos a nuestra gente para que aprovechen la rica herencia del pasado, mientras, al mismo tiempo, buscamos comunicar el eterno evangelio en maneras que nuestra cultura pueda entender.
Un fragmento del libro Nuestra adoración importa (B&H Español)
Un buen líder debe equiparse constantemente. Recibe cursos GRATIS en www.lifewayequipa.com
Leave a Reply