Por GianCarlo Monte Mayor.
Hace algunos años, el Dr. Albert Mohler visitó nuestra iglesia para dar unas conferencias, y al final hubo tiempo de preguntas y respuestas. Una de las preguntas de la audiencia era si él tenía algún consejo para poder entender la Biblia mejor. Su respuesta se ha anclado en mi mente desde entonces. «Me gustaría que los cristianos leyeran sus Biblias como leen cualquier otro libro», dijo el Dr. provocativamente. «Es decir», continuó, «ninguno de nosotros toma la Ilíada de Homero y empieza a leer a mitad de libro, o una página aquí y otra página acá. Si leemos así a Homero, me temo que no hemos entendido el mensaje de la Ilíada. De igual forma, la Biblia debe ser leída como fue escrita si queremos entender lo que ella dice». El Dr. Mohler dio en el blanco. ¿Por qué será que algunos cristianos tendemos a leer la Biblia como si fuera un diccionario—yendo de página en página, tomando definiciones fuera de contexto? La Biblia ha sido escrita como una historia, una meta-narrativa que tiene un principio y un final.
¿Qué es la teología bíblica?
Al leer la Biblia, existe una herramienta que sirve como una majestuosa montaña para poder ver lo que ella dice con mayor perspectiva y claridad. A esta herramienta la llamamos teología bíblica. La teología bíblica es la disciplina de cómo aprender a leer la Biblia como una historia inspirada por un solo autor que culmina en la persona y obra de Cristo, entendiendo así toda la Escritura en relación a Cristo.
Don Carson define la teología bíblica como «una herramienta que busca revelar y articular la unidad de todos los textos bíblicos juntos, descansando primariamente en los mismos textos en cuestión».1 Entonces, la teología bíblica nos ayuda a entender la historia de la Biblia, la que llamamos historia de redención. Es una forma de leer la Biblia, una hermenéutica.
La teología bíblica de Jesús
En el evangelio de Lucas encontramos una historia iluminadora en cuanto a este tema. Al final del evangelio, en el capítulo veinticuatro, Jesús se encontró con dos creyentes camino a Emaús después de resucitar de los muertos, y esto es lo que dijo en Lucas 24:26-27: «¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrar en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían». Luego mira los versos 44-47: «Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén».
En pocas palabras, Jesús era entendía mejor que nadie el concepto de la teología bíblica. En el verso 44 dice que Moisés, los profetas y los salmos (La Biblia hasta ese momento en la historia) tienen un solo mensaje—una perspectiva desde la cima de la montaña. ¿Y qué es lo que Jesús ve desde la cima de las Escrituras? ¡Su vida, muerte y resurrección, y el perdón de pecados en todas las naciones! Es decir, Jesús entendía que el mensaje de toda la Biblia grita las buenas nuevas del evangelio.
Ahora bien, seguramente Jesús no leyó toda el Antiguo Testa- mento en ese momento a los discípulos. Probablemente Jesús tomó los grandes pasajes de la Biblia para mostrarles cómo él es el verdadero cordero de expiación, la verdadera ley de Dios, el verdadero sumo sacerdote, etc. Eso es lo que hace la teología bíblica. Parafraseando a Don Carson, la teología bíblica «descubre y articula la unidad de todos estos temas y categorías».
La teología bíblica en la vida cristiana
Las ventajas de la teología bíblica en la vida cristiana son muchas. Para efectos de este capítulo, me daré a la tarea de mencionar tres.
Enriquece nuestra lectura bíblica
Si abres tu Biblia y lees el Libro de Jueces, eventualmente llegarás a la gran historia de Sansón y los filisteos. Ya sabes, Sansón mata a un león con sus manos, mata a mil filisteos con una quijada de burro. Sin un entendimiento de la teología bíblica, sería muy fácil buscar interpretaciones inmediatas del texto a nosotros. Por ejemplo, podemos deducir que debemos ser fuertes en el Señor, como Sansón. El detalle es que Sansón no es para nada un buen ejemplo a seguir. De hecho, tras leer toda la historia, se evidencia que Sansón está muy lejos de ser un salvador para el pueblo.
Las historias de la Biblia no son moralejas, y esto nos demuestra cuánta falta hace tener una buena dosis de teología bíblica en nuestra lectura diaria. La teología bíblica nos permite hablar de cómo Dios fue paciente con Sansón, o de cómo Dios usa a siervos muy imper- fectos. Pudiéramos analizar el contexto del libro y ver que múltiples veces se menciona que «en aquellos tiempos no había rey en Israel» y «cada quien hacía lo que bien le parecía». Pudiéramos hablar de la muerte de Sansón también, ya que él murió a causa de su negli- gencia y pecado, y así derrotó a sus enemigos, dando paz al pueblo. Pero hubo alguien más que dio su vida voluntariamente y aplastó a sus enemigos en la cruz, dando paz eterna a su pueblo. En pocas palabras, una buena interpretación de Jueces 14 al 16 debe incluir el mensaje de redención del cual habla toda la Biblia.
Así, la teología bíblica es de suma importancia porque Dios nos reveló una historia de redención, no un compendio de moralejas. La teología bíblica es crítica para el cristiano porque nos ayuda a leer la Biblia como fue escrita.
Nos guarda de herejías
R. C. Sproul solía decir que todos somos teólogos, la pregunta es si somos buenos o malos teólogos. Del mismo modo, todos tenemos una teología bíblica buena o mala. Incluso los testigos de Jehová tienen una teología bíblica cuando leen Colosenses 1:15 que dice que «Jesús es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación». Su teología bíblica habla de un Jesús creado, no del Hijo de Dios. Pudiésemos dar ejemplo tras ejemplo de malas doctrinas que se han desarrollado por ignorar una teología bíblica sana, desde el Catolicismo Romano hasta el evangelio de la prosperidad. Estas enseñanzas ignoran el gran esquema de toda la Biblia, y es por eso que una teología bíblica robusta ahuyenta a los lobos teológicos y guarda a la congregación de caer en reduccionismos y herejías.
Nos ayuda a ser mejores discípulos
Asimismo, la teología bíblica provee un marco de referencia más amplio para lidiar con todos los aspectos de la vida cristiana. Supongamos, por ejemplo, que un miembro de tu congregación tiene fuer- tes problemas de adicción. ¿Cómo puede la teología bíblica guiarte para dar un buen consejo? Bueno, sabemos la historia de la Biblia empieza con un grave problema. Una antropología bíblica nos dice que no es posible cambiar nuestras actitudes de forma superficial, ya que somos hijos de Adán y hemos heredado su naturaleza pecaminosa. De acuerdo a toda la historia de la Biblia, el ciclo de la humanidad se repite una y otra vez. Como dijo un predicador, «Dios no cambia… ¡y el hombre tampoco!». Somos siervos devotos al pecado por naturaleza. Lo que necesitamos es el evangelio. Entonces, lo que necesita el miembro de nuestra iglesia es saber que el cambio verdadero involucra un cambio de corazón—uno que lata por la santa voluntad de Dios.
Así, una buena teología bíblica rehúsa discipular con metas temporales, ofreciendo atajos para cambiar actitudes, en vez de enfocarse en el corazón. La meta del discipulado bíblico es tomar a que las Escrituras nos encaminen a la semejanza de Cristo hasta que Él nos llame a Su presencia.
Conclusión
La teología bíblica es una disciplina de cómo leer la Biblia, una estrategia hermenéutica que rechaza ver la Biblia como un mero libro de respuestas, sino que reconoce la gran narrativa que le da sentido a nuestra propia narrativa. Esa historia de redención define quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Como resultado, eso nos ayudará a ser mejores discípulos de Cristo. Así, al leer los siguientes capítulos que te ayudarán a interpretar mejor diferentes géneros literarios de la Biblia, recuerda la Biblia es un solo libro, con múltiples voces apuntando hacia la gloria del evangelio
1. Carson, D. A., New Dictionary of Biblical Theology, ed. Rosner, Alexander, Goldsworthy, IVP, 2000, p. 100.
Foto de Kelly Sikkema en Unsplash
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