Por Martha Lawley
A veces las líderes de mujeres esperan que nuestro ministerio sea inmune a una dificultad seria, pero sabemos por el ejemplo y las palabras de Jesús que, ¡eso no es realista ni bíblico! Los líderes de los ministerios inevitablemente enfrentarán el desaliento de vez en cuando. Aquí hay algunas maneras en que Dios me ha enseñado que puedo responder al desaliento de una manera piadosa y centrarme en Él.
Primero, reconocer que el ministerio será difícil. Jesús dejó en claro este punto cuando dijo: “En este mundo tendrás problemas (Juan 16:33, Holman CSB)”. Vale la pena recordarlo durante los tiempos de inactividad.
Resiste la tentación de lanzar una fiesta de pena. Todos tenemos la tendencia a sentir pena por nosotros mismos cuando estamos desanimados. Esto puede hacernos sentir mejor por un momento, pero en última instancia, una fiesta de lástima resultará en un desaliento más profundo. Oswald Chambers lo expresó de esta manera: “Ningún pecado es peor que la autocompasión, porque destruye a Dios y pone el interés propio en el trono”.
Lanzar una fiesta (PARTY por las siglas en inglés) de alabanza en su lugar.
(P=put) Ponga música de alabanza para recordarse la grandeza de Dios y para cambiar su enfoque de sus circunstancias a Él. El Salmo 34: 1 nos enseña que debemos alabar a Dios en todo momento, esto incluye cuando estamos desanimados.
(A=ask) Pídale a Dios que le ayude a ver la situación desde su perspectiva. Dios siempre tiene algo que enseñarnos en medio del desaliento. Dios nos dice: “Llámame y te responderé y te diré cosas grandes e inescrutables que no sabes”. (Jeremías 33: 3)
(R=read) Lea la Palabra de Dios. Aunque todos estamos de acuerdo en que la Biblia proporciona las respuestas a las preguntas de la vida, a veces es el último lugar donde nos vemos cuando estamos desanimados. Dios usa su Palabra para enseñarnos, reprendernos y animarnos. Prueba estos versos para animarte:
- Romanos 8:28
- 2 Corintios 12:9
- Filipenses 4:13
(T=thank) Gracias a Dios por sus bendiciones. Si bien podemos ver poco por lo que estar agradecidos en nuestra situación actual, tenemos mucho que agradecer a Dios por su amor inquebrantable y su gran salvación.
(Y=yiel) Rinde tus sentimientos a Dios. Él nunca tuvo la intención de ministrar aparte de su poder y gracia. Usted puede “echarle toda su ansiedad a Él porque él se preocupa por usted (1 Pedro 5: 7)”. Ceder la fuente de nuestro desaliento a Dios nos liberará para continuar nuestro llamado a ministrar a las mujeres.
Es fácil que el liderazgo se desanime cuando las cosas no van como esperábamos, pero cómo elegimos responder en estos momentos es fundamental para el propósito de Dios en nuestras vidas. La misma nube oscura que trae dificultad y desaliento también proporciona un telón de fondo perfecto para la exhibición vívida de la impresionante gloria de Dios.
Excelente
Ha sido de gran bendicion apoyado por la palabra de Dios