Padres descansando en la soberanía de Dios
José Mercado
La gran mayoría de los padres cristianos tienen el clamor en su corazón de que sus hijos sirvan a Dios. Con buenas intenciones, muchos padres se aferran a este texto de Proverbios con la esperanza de ver a sus hijos crecer y que puedan permanecer en la senda de la justicia. Toman este verso como un ancla que les da esperanza en momentos de dificultad. Años después, vemos que se preguntan ¿por qué mi hijo se apartó del camino? Con tristeza, vemos que en ocasiones este pasaje parece no cumplirse en sus vidas. Todos aquellos que crecimos en la Iglesia sabemos de muchos amigos que ya no sirven a Dios, a pesar de ser hijos de cristianos. ¿Qué sucedió? ¿Dios no cumplió Su promesa? Es importante interpretar de forma adecuada Proverbios 22:6 para poder navegar en el difícil reto de la crianza de nuestros hijos.
Uno de los principales problemas al interpretar la Palabra es que muchos no toman en cuenta el género literario que están leyendo. En el caso del libro de los Proverbios, muchas veces las personas lo toman como un manual de promesas, como acontecimientos que siempre deben suceder. Podemos ver que Salomón nos dice cómo usar este libro. Nos da la llave hermenéutica. Es para crecer en sabiduría y para actuar con prudencia. En ningún momento afirma que es un libro de promesas que Dios va a cumplir. Proverbios está lleno de consejos que, si los aplicamos, usualmente tienen el resultado esperado. El empleo de la palabra usualmente quiere decir que no siempre se van a cumplir, y este es el caso con el pasaje que estamos viendo.
Nuestra esperanza nunca está en cómo nosotros instruimos a nuestros hijos, sino que debe estar en un Dios soberano que es el único que puede dar vida a un corazón muerto. Nosotros no tenemos que cargar el peso de que la salvación de los hijos depende de nosotros. Dios nos salvó a nosotros, y de esa misma forma puede salvar a nuestros hijos. A la vez, Dios usa a los padres como medio de gracia para que la verdad del evangelio sea predicada y modelada en los hijos, y les dé la salvación.
Desde pequeños debemos decirles la verdad de que son pecadores, pero que Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores de sus pecados. Hablar de la Biblia debe ser algo que caracterice nuestros hogares. Como padres, nunca debemos presentarnos como seres perfectos que jamás pecamos. Nos relacionamos con ellos como pecadores que somos, dejándoles saber que si hay algo bueno en nosotros, es la gracia de Dios en nuestras vidas.
Si nuestra vida es diferente de lo que predicamos, esto va a tentar a nuestros hijos. La forma en que se relacionan los padres y cómo tratan a sus hijos es crucial para proteger el evangelio. Esto incluye instruirlos y corregirlos de acuerdo con la Palabra de Dios en las conductas que son contrarias al evangelio en sus vidas. Estamos más interesados en qué motiva sus corazones que en hacerles actuar de una forma que nos complace. Ellos siempre deben estar conscientes de nuestro amor y aceptación. Así como Dios nos ama, debemos amar a nuestros hijos.
Aunque Proverbios 22:6 no es una promesa, nos apunta a la sabiduría que necesitamos en la difícil tarea de criar a los hijos. Nuestra confianza no está en nosotros: está en Dios, nuestro único Salvador. Con esta confianza, podemos trabajar en ser fieles al llamado de instruirlos, para que Dios use esto como medio de gracia en la vida de ellos, para Su gloria.
Un fragmento del libro Textos fuera de contexto (B&H Español)
Leave a Reply