La urgencia de decidir bien
Albert Mohler
Por naturaleza, los seres humanos tienen la capacidad de tomar decisiones. En un sentido, la historia es el registro de las decisiones humanas, buenas y malas. Los grandes líderes toman grandes decisiones y el destino de millones de seres humanos puede pender de un hilo. Los líderes sencillamente no pueden evitar la toma de decisiones importantes y los líderes eficaces sobresalen porque tienen la valentía y la capacidad para tomar las decisiones correctas una y otra vez.
El liderazgo es una combinación de roles, responsabilidades y expectativas. Pero la responsabilidad que suele importar más es la capacidad para tomar decisiones: las decisiones correctas. Para ser eficaz, el líder debe ganarse la confianza de la organización y de sus accionistas; se debe confiar en él en cuanto a la toma de decisiones y luego él tendrá que responsabilizarse por lo decidido. Por supuesto, la preponderancia de estas decisiones debe ser las correctas, porque de lo contario, esa confianza se deteriorará.
Las organizaciones prosperan cuando los líderes toman las decisiones correctas y fracasan cuando toman las decisiones equivocadas. Lo que no suele ser tan evidente es que las organizaciones pueden sufrir más si los líderes se niegan a tomar al menos alguna decisión. La indecisión es una de las mayores exterminadoras del liderazgo en la historia.
Antes de tomar una decisión, la tarea preliminar del líder es determinar si es verdaderamente necesario hacerlo. Por más extraño que parezca, muchas organizaciones sufren debido a que el líder permitió que se tomara una decisión que jamás hubiera tenido que tomarse. Los compromisos morales y las creencias de la organización necesariamente eliminan desde el comienzo algunas decisiones.
A esta altura, el liderazgo por convicción aplica la prueba de la creencia y la convicción, y se hace las preguntas que enmarcan los compromisos más profundos de la organización. ¿Cuál alternativa se adapta mejor a nuestras creencias, nuestras convicciones y nuestros valores? Si esta pregunta no está por encima de todas las demás, la organización inevitablemente abandonará o comprometerá sus convicciones. El análisis por convicción debe ser riguroso, explícito y abierto.
Los líderes deben tomar decisiones día a día. Los líderes por convicción están resueltos a tomar las decisiones correctas, basados en sus convicciones. Aunque, a fin de cuentas, lo único que podemos hacer es tomar las mejores decisiones que podamos, con la certeza de que el veredicto final no provendrá de los accionistas, de los miembros de la junta, de los miembros de la iglesia y ni siquiera de los historiadores, sino de Dios.
«Bien, buen siervo y fiel» es el veredicto por el cual nos esforzamos y que esperamos. Debemos tomar ahora mismo la decisión para alcanzar ese veredicto, antes de que sea demasiado tarde.
Un fragmento del libro Un líder de convicciones: 25 principios para un liderazgo relevante (B&H Español)
Exelente comentario que nos ayuda a que cada día tenemos que capacitarnos más para ser mejores líderes en todas la áreas de nuestra vida gracias por compartir y que el padre de nuestro señor Jesucristo y Dios nuestro siga bendiciendo todo este ministerio.