Por Martín Manchego
Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos. (Lucas 17:10)
El 8 de octubre de 1732 un barco en el puerto de Copenhague desembarcaba con muchos pasajeros, dos pasajeros eran dos hombres jóvenes en sus 20s, ambos adultos solteros. Leonard Dober y David Nitschmann. El barco estaba destinado a una isla en las Indias Holandesas estos dos cristianos se habían enterado que allí había una isla de esclavos y su deseo era predicar el evangelio en aquella Isla. Ellos solicitaron permiso al propietario británico de la isla para ir a compartir el evangelio con esos esclavos.
El dueño era un ateo cruel, dijo “nadie entra en mi isla a menos que sea un esclavo”. Y así, habiendo orado al respecto, estos dos jóvenes solteros se vendieron como esclavos porque tenían una gran carga por esa Isla de gente totalmente perdida. Cuando el barco comenzó a alejarse para virar hacia el mar abierto los dos jóvenes llamaron a las familias desde un lado del barco y dijeron estas palabras: “El Cordero que fue inmolado reciba la recompensa completa de su sacrificio”.
En una cultura moderna de vacaciones pagadas y horarios de verano, es difícil percibir lo que es el deber, el honor y el agradecimiento. Esto nos lleva a pensar que cuando servimos al Señor nos hacemos merecedores de sus bendiciones o que de alguna manera le dejamos en deuda por nuestra entrega sacrificial. Pero la verdad es que, siendo que Él entregó su vida por nosotros, perdonó nuestras ofensas y nos ha dado vida eterna, nosotros seremos por siempre deudores de honor y agradecimiento ante Él.
Él en su gracia a decidido relacionarse con nosotros en amor, cuando lo único que merecíamos era su ira. Ahora es nuestro deber seguir el ejemplo de Dober y Nitchman, quienes entendieron que nuestra vida entera pertenece a Él y que sin importar cuando sirvamos nunca podremos igualar el servicio que el sacrificio de Jesus significa. Por lo tanto, cumplamos nuestro deber y digamos al final del día “Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos”. (Lucas 17:10)
Oración: Señor, si tu lo dejaste todo para dar tu vida por nosotros ¿Cómo no he de dar toda mi vida por ti? Ayudame a servirte sin esperar nada cambio.
Martín Manchego es pastor asociado y sirve en el ministerio de alabanza y enseñanza en español en la iglesia Metro Bible Church en Southlake, Texas. Es graduado de Teología y humanidades en Texas Baptist College. Además es compositor del album “Perfecto Salvador” y dirige un canal propio en YouTube en el cual comparte devocionales, entrevistas, canciones, poemas y reseñas de libros. Está casado con Denisse. Puedes encontrarlo en YouTube e Instagram.